La “negritud” des de Cuba

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La paraula negritud em desperta el record de dos poetes. La negritud vista des de l’Àfrica més profunda, ─Leopold Sédar Senghor─ o des de centreamèrica, ─Nicolás Guillén─.

I llegint-los, un no pot deixar de recordar els primers capítols de Marxisme i poesia de George D. Thomson. Us deixo algunes cites:

Els llenyataires alemanys exhorten els arbres per a que caiguin a terra, rodolin fora del bosc, es divideixin en troncs i s’amunteguin al campament, responent així a la seva cançó. Això és poesia. Saben perfectament que no ocorrerà, però els hi agrada imaginar-s’ho perquè els ajuda en el treball. La poesia té el seu origen en la màgia.

[…]

“… la dansa, la música i la poesia tenen un origen comú. El seu origen es remunta al moviment rítmic dels cossos humans embrancats en el treball col·lectiu.

I ara, després d’aquesta breu introducció, anem al que ens interessa: la figura de Nicolás Guillén, que faria anys el dia 10 i ens recordaria el seu traspàs el dia 16.

I com de la seva expressió de la negritud coneixem molts exemples que hem llegit a Motivos de son, Sóngoro Cosongo, West Indies, Ltd., Cantos para soldados, sones para turistas; España, El son entero, Elegías, La paloma de vuelo popular, Tengo, El gran zoo, La rueda dentada, El diario que a diario, Por el mar de las Antillas anda un barco de papel, potser és interessant donar una altra visió.

A Sobre Antonio Machado, trobem al final:

…Ahora descansa y espera la hora del juicio ya cercano, la hora del juicio inicial, para sentarse entre los jueces y demandar el castigo de los violadores y de los cómplices de los violadores de su tierra, con la tremenda voz que sale de sus versos.

La vida tiene sus secretos

La vida tiene sus secretos,
pero tú puedes saberlos.
Busca entre todos tus abuelos
a los más negros;
ellos te dirán lo que aprendieron
llorando,
lo que en sus largas noches
le dijo el látigo.

Iba ibá.
Oguede má.
Mole yé.

Que suene ahora,
dale que dale,
cuero e batá.
Si usted no sabe,
ya aprenderá.
Si usted no entiende,
ya entenderá.
Si usted no escucha,
ya escuchará.
Si usted no ha visto,
ya usted verá.

Iba ibá.
Oguede má.
Mole yé.

Que suene ahora,
dale que dale,
cuero e batá.
Bomba no quiero,
bomba no va.
Yanqui no quiero,
yanqui no va.
Muerto no quiero,
muerto no va.
Sangre no quiero,
sangre no va.

Iba ibá.
Oguede má.
Mole yé.

Que suene ahora,
dale que dale,
cuero e batá.
Cárcel no quiero,
cárcel no va.
Miedo no quiero,
miedo no va.
Hambre no quiero,
hambre no va.
Llanto no quiero,
llanto no va.

Iba ibá.
Oguede má.
Mole yé.

Que suene ahora,
dale que dale,
cuero e batá,
dale que dale,
cuero e batá,
dale que dale,
cuero e batá,
dale que dale,
cuero e batá,
dale que dale,
cuero e batà…

Iba ibá.
Oguede má.
Mole yé.

Yo nunca digo…

Guaguancó

Yo nunca digo
que mi canción es de protesta;
yo siempre dejo
que lo diga ella,
así en la calma
de la serena tarde,
como en el alba fría
o en el desierto anochecer.

Mi cuchillo tiene filo,
no lo sujetes, no, no.

Si mi guaguancó protesta,
ay, también protesto yo.

Mi cuchillo tiene filo,
no lo sujetes, no, no.

Guaguancó, que guaguancó,
que guaguancó, guaguancó.

Mi cuchillo tiene filo,
no lo sujetes, no, no.

Sube el humo, sube el humo,
subiendo está el guaguancó.

Mi cuchillo tiene filo,
no lo sujetes, no, no.
No, no.
No.

Así en la calma
de la serena tarde, como en el alba fría
o en el desierto anochecer.

Es pot llegir a Cuba 1959 ─article publicat a Les Temps Modernes─:

Hace algunas semanas, al hablar por la televisión desde el Palacio de los Deportes, Fidel Castro atacó el prejuicio racial, o más exactamente, la discriminación que golpea al negro cubano. Lo hizo en términos que ningún otro gobierno tuvo el coraje de denunciar hasta el presente. “Cuba ─dijo─ no es el sur de los Estados Unidos.” Esta frase la vi pronunciada en la pantalla. Pero a la mañana siguiente ciertos periódicos omitían su reproducción…

 En la seva defensa de la negritud a Cuba, que tant destaca en la seva poesia no queda enrere en les ocasions en que la prosa, ─articles, cartes, memòries,…─ es presta a la comesa. Destaca l’article Martín Morúa Delgado.

 Nascut a Matanzas, de pare basc i mare africana ─de nació gangà─ va ser el primer home “de color” que va ocupar un ministeri a Cuba. A la seva vida va patir presó a Matanzas, com a conseqüència de la Guerra Chiquita (1879) on es va trobar un “perill negre” que va fer que els homes de pell fosca, a part de la seva cubania, foren perseguits i vigilats pel color de la seva pell.

Del llarg article penso que s’ha de destacar un aspecte que Nicolás Guillén considera polèmic i va ser la llei que porta el seu nom ─més aviat una esmena a l’article 17 de Codi Electoral, presentada el 1910 que prohibeix la creació de partits polítics integrats per persones d’una sola raça o color:

No, no [dice en 1982]; la raza negra, las clases de color, no deben por ningún concepto constituirse aparte de la raza blanca, porque así confirman su estado seccional para toda la vida, imposibilitando su noble aspiración de elevarse al goce de todas las garantías constitucionales…

 Més tard, escriu:

Yo no quiero ver a los hombres de mi raza desvalidos y odiados por sus demás compatriotas, sino que intenten, con una política de unión, de paz y de concordia, llevar al ánimo de nuestra sociedad en general la confianza que tanto es menester para que se calmen los espíritus y se consolide la fe en nuestros libertadores principios…

Nicolás Guillén, comunista sempre, mai va deixar d’estar preocupat per la situació dels negres a Cuba. Ho veiem a l’article que a l’abril de 1929 havia publicat a Diario de la Marina, El camino de Harlem. Acaba així:

Estamos preocupándonos exclusivamente de las formas, y tenemos verdadero terror en llegar al fondo del problema, que es grave. Insensiblemente, nos vamos separando de muchos sectores donde debiéramos estar unidos; y a medida que el tiempo transcurra, esa división será ya tan profunda que no habrá campo para el abrazo final. Ese será el día en que cada población cubana ─a todo se llega─ tenga su “barrio negro”, como en nuestros vecinos del Norte. Y ese es el camino que todos, tanto los que son del color de Martí como los que tenemos la misma piel que Maceo, debemos evitar.

Ese, es el camino de Harlem.

A Ángel Augier

Como un gran gesto amistoso,
como a su bondad conviene,
hoy Augier a darnos viene
todo lo bello que tiene
su natural generoso.

No son los libros que edita,
ni los prólogos que hace,
ni su paciencia infinita
con la que a todos complace,
ni su voz que nunca grita;

ni el sabio estilo que emplea
para resaltar, carijo,
el verbo, el nombre, el prefijo,
y al mismo tiempo la idea,
como ya Andrés Bello dijo.

Ni el amor con que se inclina
con su verso de onda fina
cada vez que el caso llega
sobre la hermosa gallega
que resultó ser divina.

No, señor,lo que él prefiere
y a todos diciendo va,
si la ocasión lo requiere,
es: ─¡Asere,
qué volá!

Al març de 1930, al mateix Diario de la Marina, reprodueix una xerrada amb Langston Hugues.

[…]

… Esta fue la época que estuve en África.

   ─¿En África?

   ─Sí, señor. He visitado Dakar, Nigeria, Luanda… Por aquellas tierras se me fortaleció el alma en el sentimiento de amor a los negros, que ya no habrá de abandonarme. En contacto con esa dulce gente,a la que Bélgica les corta los brazos y a la que Francia diezma brutalmente en la tala de bosques, como ha  dado a conocer al mundo el periodista Alberto Londres, yo comprendí que era necesario ser su amigo, su voz, su báculo: ser su poeta. Yo no tengo más ambición que la de ser el poeta de los negros. El poeta negro, ¿comprende usted?

I respon Guillén:

Yo, sí comprendo. Y siento que se me sube del fondo del alma aquel poema con que este hombre abre su primer tomo de versos. “Yo, soy negro: negro como la noche; negro como las profundidades de mi África.

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