Aquest article és part de la investigació per a l’exposició sobre Layret. En aquesta ocasió farem esment al vessant ideològic del final de la vida de Layret, precisament quan ja havia fixat els seus objectius en relació amb el fet nacional i el fet social en la pràctica política. Va ser precisament aquesta fusió el que el va fer aparèixer a ulls de la patronal catalana com un dels màxims enemics; l’assassinaran l’any 1920, quan Maties Muntades Rovira paga 40.000 pessetes perquè uns sicaris el matin a traïdoria amb l’impuls i la protecció de l’execrable Severiano Martínez Anido, governador civil de Barcelona
Normalment, s’ha definit a Francesc Layret com un advocat laboralista i, tot no ser desencertada la definició, no és una opció neutral: negligeix l’essència del seu pensament de la seva acció i de la seva vida. És cert que Francesc Layret fou un advocat de treballadors, una mena d’advocat laboralista. Cal tenir present, però, que defensava obrers i rabassaires del dret penal no del laboral que era pràcticament inexistent. Dir que Layret era advocat laboralista és un reduccionisme interessat. Francesc Layret era un dirigent polític republicà de primer ordre, federal i socialista o comunista com veurem tot seguit.
Davant dels fets de l’aliança de Solidaritat Catalana (contra natura) i la seva lògica crisi, la barbaritat de l’oposició de la Lliga Regionalista al pressupost de cultura de 1908 davant la pressió clerical i per l’actitud de la Lliga en la Setmana Gloriosa de 1909, l’amic de Layret, Gabriel Alomar escriu l’any 1910:
El fracàs de la nostra esquerra és haver obrat sempre com a partit de centre, sense preocupar-se d’aquesta feina que havia d’haver estat la primera de totes: atreure’s a una política catalana i afirmativa la massa obrera, adoptant amb sinceritat els seus ideals, que són els de tota la veritable esquerra. Improvisant a Catalunya una forma europea i catalana a un temps, dels gran socialisme internacional [1].
Aquesta és la raó per la qual des de 1910 fins a 1920 hi ha un gir impressionant a l’esquerra del republicanisme catalanista. Layret ho veu clar, pel juliol de 1919 diu al Congreso de los Diputados unes frases que esgarrifen la classe política d’aleshores:
la revolución rusa, (…) representa un traspaso de poder así como la Revolución francesa representó el traspaso del poder de la nobleza, del clero y del Ejército a la clase media, a la burguesía, que desde entonces ejerció el Poder político y económico, hoy, merced a la revolución rusa, nos hallamos en otro traspaso del poder, en el traspaso del Poder político y económico de la clase burguesa a la clase proletaria, de manos de la clase media a manos de los obreros, y, nos guste o no nos guste, a eso vamos fatal e indeclinablemente [2].
Per si fos poc demana el reconeixement d’Espanya del nou estar soviètic al març de 1920:
la revolución rusa es un acontecimiento tan memorable y de tanta transcendencia en nuestros días, como lo fe en los suyos la revolución francesa, y que la nueva Humanidad se forjará dentro de los principios que la revolución rusa ha proclamado, no habría cuestión para resolver este problema (…) Es principio del Derecho internacional clásico que para el reconocimiento de los Gobiernos se prescinde de las ideas que ellos representen, y signifiquen ; que se acepta únicamente la cuestión de hecho (…) es una realidad evidente, innegable que (…) el Gobierno de los soviets domina actualmente -dentro del territorio de Rusia; es una autoridad de hecho, es una autoridad que existe, que tiene una realidad . Y si es principio del Derecho internacional la aceptación de los Gobiernos de hecho, ¿qué razones ni qué motivos puede haber para no reconocer oficialmente el Gobierno de la República rusa? (…) porque la política internacional va dejando de ser obra de diplomáticos, para convertirse en obra de los pueblos [3].
A més, Layret proposa l’adhesió del Partit Republicà Català a la III Internacional, essent la primera organització política catalana i espanyola a fer-ho [4]. Existia la referència difusa a aquesta proposta de Layret d’adhesió a la Internacional Comunista. En quedaven notes de diaris d’esquerres. Per fi tenim una crònica d’aquella famosa conferència.
Així doncs, el 3 d’abril de 1920, Layret fa una importantíssima conferència al Círcol Republicà Federal de Sabadell organitzada per la Joventut Republicana Federal. La Revista de Sabadell se’n fa ressò: “Las Juventudes Socialistas de Madrid han acordado transformarse en partido comunista; parece que también el diputado a Cortes por este distrito Sr. Layret se propone fundar el partido comunista.” [5] Va ser una conferència per la que va rebre tota mena de crítiques. Per exemple, La Publicitat ataca Layret: “Empezó siendo salmeroniano y hoy lo vemos leninista. Y de Salmerón a Trotski la diferencia es tan grande que ni el transcurso de veinte años bastan para explicarla”[6]. Com dèiem, preparant l’exposició vam trobar una amplíssima ressenya al diari El Sol de Madrid d’aquella conferència del 3 d’abril de 1920! Creiem molt probable que fos Francesc Madrid qui assistís a l’acte i en fes l’àmplia nota, tot i que no va signada. Per la seva extraordinària transcendència, ens ha semblat necessària transcriure-la quasi sencera [7]:
El sábado por la noche celebróse en el Centro Republicano Federal de Sabadell una velada en honor de los concejales elegidos en las recientes elecciones municipales por haber tomado posesión de sus cargos. Este acto fue organizado por la Juventud Republicana Federal y estuvo presidido por el secretario de esta entidad D. Isidro Vive quien dirigió una palabra para decir que este acto, además de ser un homenaje a los concejales elegidos, era un acto político en el que el diputado por el distrito D. Francisco Layret haría declaraciones sobre la política española. Acto seguido habló, por los nuevos concejales el que lo es por el partido radical José Vilanova. Por último, habló el diputado señor Layret, quien dijo que sus primeras palabras las dedicaba a aquellos compañeros que estaban presos arbitrariamente en la cárcel de Sabadell (Ovación). Para ellos nuestras primeras palabras y nuestros esfuerzos. Nuestros compañeros son honrados obreros que están presos no por delitos que hayan cometido. Lo están porque sin que se les haya tomado declaración. Y antes de ingresar en la cárcel sufrieron escarnio en sus personas (grandes aplausos). Al honrado pueblo de Sabadell, (que jamás había provocado un conflicto punible, se encontró un día con que fué la clase patronal la que provocó el conflicto, declarando el “lock-out” para adherirse al resto de la clase patronal de Cataluña, sin que en Sabadell hubiere ocurrido suceso alguno que pudiera justificar tal medida. ¿Qué pasó? Pasó que cuando el año pasado se declaró la huelga general, la autoridad encarceló al Comité de huelga y a honradísimos obreros que nada hicieron; pero como la autoridad no es imparcial, la autoridad, en lugar de encarcelar al Comité directivo de la Federación Patronal de Cataluña, continuó encarcelando a los obreros. (Ovación.) Aún se han cometido más actos indignos en Sabadell. Se ha dado el caso encarcelar a los obreros, y después de atarlos, se les ha maltratado. Y los presos que merecen el respeto humano de todas las personas, han sufrido persecuciones inicuas. Y esto no es cosa de hombres, es cosa de fieras, y a las fieras se las acorrala y… (Una gran ovación no permite oír el final del párrafo.) Hecho de nuevo el silencio, el señor Layret dice: ¿Cómo han ocurrido estos hechos? En la Casa de la Ciudad, en el Ayuntamiento, que es la verdadera Casa del Pueblo han sido maltratados los presos en el antedespacho del alcalde y en la sala de las Comisiones. Yo os digo que se debe hacer responsable, además de aquellas personas que cometieron el delito, al que lo consintió en donde él tenía jurisdicción: al alcalde. (Grandes aplausos.) Por fin, a última hora, se ha podido lograr la instrucción de un expediente para hacer responsables a los autores de las palizas a obreros. (Se refiere el orador al sumario que por la autoridad civil se ha ordenado instruir para esclarecer los hechos quo so desarrolla-ron en las Casas Consistoriales de Sabadell. Nosotros queremos que caigan los que han sido responsables de los atropellos cometidos. Yo esperaba recibir telegramas de las fuerzas vivas de la población protestando contra estos atropellos; pero han callado. De estos atropellos, dentro de poco hablaré en el Congreso, a pesar de que en el Parlamento nadie hace caso de estas cosas que afectan a la dignidad. Por cierto, he pedido la cátedra del Ateneo, para explicar a la opinión pública de España estos atropellos. Muchas veces habréis oído decir a las clases conservadoras que aquí se debe hacer una política de represión, como se hace en Europa. Y yo digo: ¡Ojalá se hiciese esta política exactamente igual a la de los Gobiernos extranjeros! Los políticos que se denominan conservadores en el resto de Europa, puestos en España, son políticos de la extrema izquierda. Millerand que ha iniciado la idea de renovar las relaciones diplomáticas con el Vaticano, al encontrarse ante una huelga ferroviaria de verdad, no como la que hemos tenido en España (Risas.), no imaginó resolver la huelga encarcelando al Comité de huelga, que es lo que hubiese hecho cualquier político de España. Millerand dijo que la huelga era una huelga revolucionaria; pero pactó con los huelguistas. Aquí pactar con el Sindicato único es un delito nefando. Anuncia para dentro de breve tiempo una conmoción social, y dice que los de arriba piensen en el trato a los de abajo, y que de lo que suceda entonces tendrán los de arriba la culpa, por los odios que han acumulado con su política. Yo les digo a los ricos: ¡Pensad que os pueden pagar con la misma moneda, y vosotros seréis los culpables! Pasa a examinar la actitud de la política española, y dice que va a hablar en nombre propio pues quiere asumir la responsabilidad de cuanto diga. Hoy, no nos hemos de engañar, los partidos republicanos están en crisis. El partido republicano no tiene razón de existir. Dice que fué posible la República cuando murió el rey D. Alfonso XII, cuando el Ejército estaba dividido y desde París Ruiz Zorrilla dirigía aquella Asociación Militar Republicana, que I también fué posible la instauración de la República en 1898 cuando se perdieron las colonias; en 1909, en que ya se proclamó la República en muchas ciudades catalanas; pero el resto de España prefirió hacer caso de La Cierva, que dijo que esto era un movimiento separatista, y los republicanos de fuera de Cataluña les dejaron solos; Y el 1917 en que se acordó la huelga general en toda España. Dice que en aquella fecha los obreros respondieron lanzándose a la calle; los que no respondieron fueron los republicanos, (que se quedaron en casa, y, por último, la ocasión que hubo también para implantar la república fué en 1918, a raíz del Armisticio. En aquel momento cundió el pánico en las altas esferas, viendo en peligro sus coronas. Eran un ejemplo la rapidez con que caían las Monarquías más arraigarlas: el zar de Rusia, el emperador de Alemania, el de Austria-Hungría, etc, etc.
Las fuerzas conservadoras no tienen fuerzas para salvarlas, y tenían la esperanza de una República burguesa para salvarse de la revolución social que veían en lontananza. Esta fué la última ocasión para implantar una República burguesa. Ocasión que ya no se repetirá. Las clases conservadoras, que ya no sienten el primer momento de pánico, a pesar de no tener ningún interés en salvar a la Monarquía, ahora se han prestado a defenderla, porque ven que la revolución que se hará no será política sino social. Y se han puesto junto a las Monarquías porque han visto que, tras la corona, caería su régimen capitalista. Aquellas gentes que, cuando veían un arma se asustaban, ahora han sido las primeras en cogerlas para defenderse. Y esos hombres, que son aquellos que en Cataluña habían sentido el espíritu civil, han sido los primeros en postrarse delante del caballo de la primera autoridad militar de Cataluña. (Ovación.) Los obreros que continuaban en las filas de los partidos políticos han marchado de ellos porque se han convencido de que son la única fuerza revolucionaria organizada, y prefieren traer mejor una república social que la república burguesa a que aspiraban los partidos republicanos. Del partido republicano sólo queda el prestigio de algunos nombres y de fuerzas eminentemente personalistas. Ante esto, yo me hago la siguiente pregunta: Los partidos republicanos ¿hemos de continuar en esa labor? Yo no he nacido para Caballero del Santo Sepulcro, y, por lo tanto, no he nacido para velar muertos o ayudarlos a bien morir. Y yo entiendo que los partidos republicanos tienen que cambiar el camino que hasta ahora hemos seguido. Ensalza la figura de Pi y Margall, de quien dice que, si él está muerto, su programa está hoy bien vivo. Yo lanzo hoy una idea, que
yo espero que será recogida por quien puede y debe recogerla: Hay en el mundo una sola fuerza revolucionaria; esta fuerza es la Tercera Internacional de Moscou y todos los que comulgan con ella, son los proletarios revolucionarios. ¿Por qué en España no hay una fuerza que tenga la eficacia de los partidos revolucionarios de Europa? Yo soy un admirador de la organización obrera de Cataluña, y yo entiendo que los dirigentes de la clase obrera deben recoger las experiencias de la lucha. Los generales, después de una derrota, examinan las causas de la derrota para no ser derrotados de nuevo. El “lock-out”, transitoriamente, ha sido una derrota, y para la Federación Patronal una relativa victoria. Debemos estudiar nuevos medios, para que cuando volvamos a la lucha ganemos la batalla. Mientras, hemos de procurar que no continúe la represión. Nuestro enemigo era más fuerte de lo que nos creíamos. Estudia el socialismo en sus dos formas de acción directa y acción política y dice que la guerra y la revolución rusa han unido la acción política con la acción directa. Los Soviets fueron una solución para la acción directa. Analiza una reciente circular de Zinovieff, en la que dice que tienen razón los que abominan del sistema parlamentario; pero no van a despreciar los medios que para la lucha les dé la burguesía democrática. Alude a unas declaraciones de Malatesta en defensa de la Tercera Internacional. Dice que es necesario la creación de un partido comunista adherido a la Tercera Internacional y a las órdenes de la organización obrera. La organización obrera tendría en su poder, firmada en blanco, la renuncia de los cargos a que fueren elegidos sus representantes. El partido comunista sería esclavo de la organización obrera. La obra principal estaría encomendada a la organización y la secundaria al partido político. Esta idea que lanzo no podemos ponerla en práctica los hombres políticos, porque se diría que es una nueva plataforma política. Esta idea debe nacer de la organización obrera. Pensad un momento en que se crea el partido comunista y que en las próximas elecciones salen diez diputados comunistas. Yo, que conozco el ambiente de Madrid, se el pánico que produciría esta elección y el cambio de política que causaría. De momento sería cambiada la política estúpida del conde de Salvatierra, e inmediatamente se cambiaría la política de España.
Dice que por los anónimos que ha recibido sabe que la próxima lucha en el distrito de Sabadell será una lucha cruda, porque la Federación Patronal se ha empeñado en que no saldrá diputado. Elogia al proletariado, y termina diciendo que él no quiere otra representación que la del pueblo trabajador de Cataluña. Al terminar el Sr. Layret es ovacionado, y gran parte del público se acerca a felicitarle por su discurso, que ha durado dos horas menos quince minutos.
Serveixi aquest article per intentar reivindicar el polític revolucionari Layret. No podem saber què hagués passat després de 1920, és veritat en que aquells moments la informació que es tenia de la revolució russa era molt minsa. Però el que és segur és que Layret hagués estat el gran polític de la Catalunya republicana als anys trenta. Com va dir Salvador Seguí, que avalava la proposta d’una candidatura republicana socialista comunista i anarquista al desembre de 1920 a Espanya: “ja saben el que ha fet aquest vils” en saber-ne l’assassinat del seu amic.
Encara el 30 de novembre de 1936 es fa un acte al peu del monument amb la participació d’ERC, CNT, UGT, PSUC, POUM, Círcol Republicà Democràtic Federal de Sabadell, UR i Josep Tarradellas. Víctor Colomer ens relata els parlaments del president de Catalunya, Lluís Companys, qui en el seu discurs es preguntava què faria Francesc Layret en aquell moment: “s’hauria posat en tota llur decisió i amb tota la seva vàlua personal a l’avantguarda de la lluita contra el feixisme” [8].
L’Ajuntament de Barcelona i la Generalitat de Catalunya deuen un homenatge a Francesc Layret, ja que en va arribar a ser alcalde per uns quants dies a inicis del 1910. Molt probablement és el segon alcalde de Barcelona escollit pel poble al segle XX, seguint a Albert Bastardes [9].
No puc acabar sinó amb una frase de Francesc Layret, ara que una part de l’esquerra ha deixat de ser laica i anticlerical:
Els qui no creiem en religions d’ultratomba creiem, però, també, en la immortalitat; el solc que el nostre esforç prepara per a l’obra de demà; el rastre que la nostra vida deixa en el record de les generacions futures [10].
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L’autor és el comissari de l’exposició promoguda per l’Ajuntament de Sabadell amb motiu de la commemoració del 100 aniversari del seu assassinat mentre era diputat pel districte de Sabadell: “Francesc Layret. Diputat per Sabadell. El fil roig del catalanisme”.
L’exposició és itinerant i de molt fàcil trasllat. S’ha exposat a: Sabadell, Rubí, Castellar del Vallès, Sant Cugat, Cornellà, etc. Els qui estigueu interessats poseu-vos en contacte amb el comissari a serrano@epicur.org
Podeu llegir l’article sencer de la investigació que dona peu a l’exposició “Francesc Layret. Diputat per Sabadell. El fil roig del catalanisme” a la revista Arraona d’accés lliure a Internet a https://raco.cat/index.php/Arraona/article/view/395582/489168
Notes
[1] Joaquim Ferrer: Francesc Layret 1880-1920. Editorial Afers, Catarroja, 1999, p, 71
[2] Diario de las Sesiones de Cortes. Congreso de los Diputados 7-8-1919
[3] Diario de las Sesiones de Cortes. Congreso de los Diputados 5-3-1920
[4] Santiago Albertí: El republicanisme català i la restauració monàrquica (1875-1923). Albertí editor. Barcelona. 1972, p. 468
[5] Revista de Sabadell 21-4-1920
[6] La Publicidad 13-4-1920
[7] El Sol 7-4-1920. Dec aquesta troballa a la tenacitat, l’encert, el talent i l’esforç de Josep Serrano Blanquer.
[8] Ferran Aisa: Una història de Barcelona. Ateneu Enciclopèdic Popular. 1902-1999. Virus editorial. Barcelona 2000, p, 73
[9] Alfred Pérez Bastardes: L’Ajuntament de Barcelona a primers de segle (1904-1909). Edicions 62. Barcelona. 1980, pp, 206 y 233
[10] Companys posa en boca de Layret a Àlbum record dedicat a Francesc Layret. Publicat sota el patronatge del Comitè Pro Institucions Francesc Layret. Barcelona 1937, p. 40