Carilda Oliver Labra

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Matanzas, Cuba, 6 de juliol de1924 – 29 d’agost de 2018. 

Carilda es va convertir en una figura icònica en la literatura cubana i una de les veus més influents en la poesia lírica contemporània del país. 

Professora d’Arts Plàstiques en escoles secundàries,  també va exercir d’advocadesa.

Va ser una transgressora, una dona que va fer de la seva vida el que li donava la gana. Li va donar una puntada a la classe mitjana-alta a la qual pertanyia, abans del triomf de la revolució cubana.  Dona transgressora, es va mostrar fidel als seus ideals, a la seva identitat i a la seva poesia, va escriure els poemes eròtics més agosarats, sense importar-li que la conservadora societat cubana de l’època s’escandalitzés. 

Premi Nacional de Poesia en 1950 pel seu llibre “Al sur de mi garganta” (1949) i Premi Nacional de Literatura, en 1997. Entre els seus poemaris publicats destaquen: “Memoria de la fiebre” (1958), “Tú eres mañana” (1979), “Las sílabas y el tiempo” (1983), “Desaparece el polvo” (1984), “Calzada de Tirry 81” (1987), “Los huesos alumbrados” (1988), “Sonetos” (1990), “Antología poética” (1994), “Guárdame el tiempo” (1995) i “Error de magia” (antología, 2000).

VOZ DE LA NOVIA 

Si el tiempo no estuviera 

raído de venganza, 

si no hubiesen ahorcados en el atardecer, 

si no estuviéramos 

a mil novecientos cincuenta y ocho 

en Cuba. 

Si la Sierra no fuese mi propia entraña, 

yo podría 

decir que te amo. 

Pero es que parpadeo 

y se me borra un campesino, un niño del alba, 

y la pequeña trampa de ternura 

con que te esperaba se deshace… 

Pero es que me detengo a contar los tomeguines 

y un avión interfiere la gracia; 

entonces me deshago de tus muslos, 

de tu importancia, 

y arranco los anuncios de nuestro amor. 

Porque, di: 

a esta hora, 

cuando los muertos de mañana nos dan la mano 

y la guitarra no es una parte de la música 

y caen ametrallados los papalotes de los niños; 

a esta hora, 

cuando se acaban los pañuelos en las madres 

y el manisero fulge como lágrima; 

a esta hora del castigo 

y el arresto, 

de la huelga y el sabotaje, 

del despedirse; 

a esta hora de la America empinándose; 

a esta hora tuya y mía 

y de los otros, di…

¿no se malogra el beso en los amantes? 

Si la luna no estuviera temblando 

de injusticia, 

si el ojo de la abeja no duplicase el arma, 

yo podría decir que te amo; 

pero ha sonado la guerra 

y todos los alfileres se declaran. 

No me toques… 

Granada taciturna, 

estallaré para la patria.

Imatge de portada de Cubadebate.

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